DIARIO: UNO DE TANTOS (12)

 Día 12


Tarjeta roja


Empieza el día con entrada brusca en mi habitación... ¡pero si ya no estoy en el hospital!
Aturdida veo a mi marido en la puerta, sin mascarilla y al teléfono. "¡Clara es postivo!" - Exclamo a pesar del sueño, mientras mi marido sigue hablando por teléfono me asiente con la cabeza. 
"Y tú eres negativo" - responde. Lo cual ya lo había adivinado al verle entrar en mi cuarto sin mascarilla.

Aún medio dormida mi mente va más rápido que yo, empiezo a reorganizar mi estructura mental para pensar en los cambios. 
Las fichas del tablero de juego se han movido y hay que volver a pensar bien la nueva jugada. Vamos, que le he sacado la tarjeta roja a este bichito tan incordión y se ha ido de mi cuerpo, pero no de mi familia aún. 

Aún con mi disnea (fatiga al respirar) ahora debo ser yo la que se encargue de acompañar a Iván a hacerse su PCR porque mi pobre marido, negativo otra vez, vuelve a estar confinado por ser contacto directo de Clara. Mientras que a mí me acaban de conceder la "libertad". 

Nos abrazamos con cautela, no quiero que él se contagie ahora.
Después llevo a Iván a su PCR y en mi cabeza voy encajando piezas de este nuevo problema de variables que nos han puesto en el examen.

En tres semanas tres PCR... ¡una delicia! Similar a mi "momento preferido" del día, la heparina (pero eso merecía un capítulo a parte)

Recojo volante para nueva radiografía y regresamos a casa. Antes de salir a mi radiografía me espera el momento más especial del día cuando mi marido me dice que sea yo quien despierte a Clara y le dé la noticia.

Clara, mi pequeña-gran Clara. Cuando me ha visto sentada sobre su cama, dándole un beso en la mejilla, ha abierto los ojos de golpe, tenía tanto asombro y desconcierto como felicidad en su mirada. Ha murmurado: ¡Pero mamá! y le he respondido que ya podía, ya era negativo y que gracias a haberlo pasado ahora podía cuidar de ella que era positivo. Se ha incorporado y me ha abrazado con tanta firmeza con sus pequeños bracitos a los que tanto he añorado, que no quería que terminara nunca ese momento.

Y después, se ha echado a llorar. Cuando ha podido hablar me ha explicado que era de alegría por poder abrazarnos por fin. Y que esa alegría tiene más peso que la mala noticia de ser ahora positivo.
¡Tan grande mi pequeña!

Estos días mi marido y ella a penas han convivido y cuando han pasado algún rato juntos haciendo alguna actividad, siempre han cuidado usar mascarilla. Pero ahora le toca aislarse más a ella. El día no ha ido mal pero a media tarde, cuando siente que la noche va a acechar en unas horas, ha empezado a tener dificultad para respirar. 
Y mi primer día oficialmente "negativo" ha terminado en el hospital. La experiencia me dictaba que más valía prevenir así que allí hemos ido las dos. Preparadas para quedarnos y yo he salido aliviada por regresar a casa sabiendo que todo está bajo control.

Nueva experiencia en el hospital, nuevos encuentros con sanitarios, esta vez de pediatría. Alegra ver poco movimiento de niños por allí. La acogida ha sido tan rápida como excepcional. Puertas abiertas, historial ya conocido, cercanía, buen ánimo y humor, mucha serenidad para Clara y... aún más para mí.
¡Gracias infinitas, Asun, por hacer siempre el camino tan fácil! Gracias a Jorge que le ha tocado atender alguno de mis hijos una vez más y siempre lo hace con la delicadeza y trato formidable a los peques. Gracias a enfermeros pendientes cada poco, a celadores que le han enseñado lo chuli que es ir en silla de ruedas a hacerse una "foto" de los pulmones, auxiliares, radióloga que le ha enseñado cómo ha quedado su "foto" después de sacarla... siempre GRACIAS. 
Mensaje final de una sanitaria encantadora antes de darnos el informe de alta: "Ya puedes contar a tus amigos que tú sabes de qué va esto (con aire de sabiduría) y aprovechas a decirles que tienen que cuidarse mucho, muchísimo".

Y de premio antes de irnos, un dibu super chulo de este "virus" que nos ha puesto el mundo del revés en la pulsera de paciente de Clara a manos de Teresa, Capitana Optimista 2018 de los Premios Hospital Optimista ¡Cómo le ha gustado a Clara ese "pequeño regalo". Iba por la calle de regreso a casa sintiendo que tenía super poderes gracias a su pulsera "tuneada".

En estos momentos en los que te sientes tan vulnerable, recibir una atención así es simplemente.... MÁGICO.

Al fin descansa más serena después de una de nuestras charlas nocturnas que hemos echado de menos tanto como nuestra oración de buenas noches y su señal de la cruz en mi frente.

Y yo ahora, especialmente cansada pero sosegada, susurro en mi interior "El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres" (Salmo 125)

¿Mañana? Pues mañana será otro nuevo día con muchas bendiciones, algunas disfrazadas, pero bendiciones al fin y al cabo.


Tenía decidido finalizar mi DIARIO: UNO DE TANTOS POSITIVOS cuando dejara de ser positivo, y ya ha llegado ese momento. Pero no quiero hacerlo sin rendir un homenaje a mi querida compañera Araceli y a quienes, como ella, ya descansan entre los ángeles y duendes, en la casa del Padre a causa de esta pandemia.

Pero eso ya será mañana... si Dios quiere.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario, será publicado en unos minutos

  ©Template by Dicas Blogger.