Mercedes García Laso

La psicología de la número uno
Mercedes García Laso, paralítica cerebral con una minusvalía física superior al 65%, ha obtenido el primer puesto en las pruebas para Psicólogos Internos Residentes (PIR)


La vida es dura... ¡Aunque también muy excitante!», exclama con el mismo entusiasmo con el que emprende cada nuevo reto. Y ella lo sabe mejor que nadie. Aquejada por una minusvalía física superior al 65% a consecuencia de una parálisis cerebral, Mercedes García Laso no se rinde ante nada y hasta el circense «más difícil todavía» se queda muy corto cuando se 'tira' de tópico para intentar describir sus épicas hazañas en los campus españoles.
Y es que en un país en el que, para sonrojo nacional, el porcentaje de estudiantes discapacitados que consiguen matricularse en la Universidad suele rondar el 2%, esta joven riojana de 31 años no sólo ha logrado licenciarse con brillantez en dos titulaciones de ciclo largo, Psicología y Farmacia -por Salamanca y Navarra, respectivamente- sino que acaba de obtener el primer puesto en las recientes pruebas para Psicólogos Internos Residentes (PIR), a las que se presentaron más de 2.000 aspirantes.
«¿A quiénes les voy a dedicar este número uno en el PIR? Lo tengo muy claro: a quienes estén dispuestos a 'acogerme' para hacer la residencia... ¡Soy puro pragmatismo!», asegura haciendo gala de su extraordinario sentido del humor.
Ahora mismo todo son enhorabuenas y reconocimientos públicos, bonitas palabras que llegan tras demasiados años de obstáculos en su lucha diaria por la superación personal: «Nací en 1975 y si la gente como yo se encuentra con muchas dificultades todavía hoy en día, pues imaginad cómo eran las cosas por aquel entonces. La verdad es que no he tenido grandes problemas, pero sí que he pasado por varias experiencias negativas en el pasado», cuenta García Laso. Sin embargo, todo aquello es ya agua pasada, son vivencias que prefiere «no tener que recordar, ni volver a hablar sobre ellas».
De lo que jamás se olvidará es del enorme apoyo que le prestaron «tanto en la Universidad de Navarra, donde estudié la carrera de Farmacia -allí completó uno de los cinco mejores expedientes académicos de su promoción- como en la de Salamanca», en la que se licenció en Psicología el año pasado, con un 3,2 sobre cuatro como nota media.
Vencido -y a lo grande- el escollo del PIR, está deseando completar los tres años de residencia que le esperan para poder dedicarse en cuerpo y alma al ejercicio de su auténtica vocación profesional, la terapia psicológica: «Ya tuve la oportunidad de comprobar que soy capaz de hacerlo bien en las prácticas que realicé en un centro de salud. No obstante, soy consciente de que necesitaré algunas adaptaciones debido a mis dificultades manuales».

FILOSOFÍA VITAL. Antes de alcanzar su próxima meta -que no la última-, esta joven riojana tendrá que conseguir sacarse «el título de Especialista en Psicología Clínica (al igual que un médico necesita el de Oftalmólogía para poder operar ojos) y éste se obtiene tras tres años de ir rotando por diferentes servicios sanitarios, lo cual complica bastante las adaptaciones del puesto de trabajo. ¡Confiemos en que todo me vuelva a salir bien!».
García Laso comprende que su testimonio podría servir de acicate para que cualquier persona en circunstancias similares a las suyas no arrojara la toalla y siguiera luchando por lo que más desea. Sin embargo, se muestra algo reacia a desempeñar el papel de consejera: «Tengo una filosofía que a mí me vale y que la quiero compartir con el suplemento CAMPUS por si le sirve a algún lector... ¡pero nada más! Creo que se trata de cuestiones demasiado íntimas y, como se suele decir en estos casos, no puedes ponerte en la piel de nadie hasta que no lleves durante tres lunas sus zapatos. Además, cada persona es 'incomparable' desde el punto de vista de que '' es única y '' no se puede comparar con otras».
Pudor o modestia a un lado, esta joven psicóloga, natural de Logroño, da muestra de las dotes que deberá poner a prueba muy pronto en el ejercicio diario de su profesión y explica que cuando se fija un objetivo trata de ir «directa hacia él, pero si aparecen obstáculos infranqueables o que simplemente no me merece la pena superar en ese momento, me busco otro propósito y sigo siempre avanzando hacia adelante mientras disfruto del camino».
Y es que ella ya aprendió hace mucho que una retirada a tiempo también puede considerarse como una victoria: «Esforzarse en conseguir algo es positivo siempre y cuando no se convierta en una obsesión, algo que puede llegar a resultar tremendamente peligroso. En mi opinión, lo importante es intentar ser feliz, todo lo demás resulta secundario». Tras pasar épocas tremendamente duras, esta particular forma de tomarse los acontecimientos que le va deparando la vida ha llevado a Mercedes García Laso precisamente al lugar al que quería arribar y por eso confiesa sentirse «muy a gusto conmigo misma».

EL VALOR DEL ESFUERZO

«Estoy dispuesta a esforzarme mucho para poder dedicarme a mi profesión», afirma Mercedes García Laso. La palabra esfuerzo es una de las que más presencia tienen en su vocabulario personal. Nacida en Logroño en 1975, el relato de su vida está plagado de afán de superación y amor propio, cualidades que le han permitido licenciarse en dos carreras con brillantes expedientes académicos y obtener la primera plaza en las pruebas para psicólogos residentes. Su tremendo empuje también la ha llevado a dominar dos idiomas -inglés y francés-, a sacarse (¡y a la primera!) el carné de conducir y a colaborar con varias ONG. Pero eso no es todo. García Laso es una asidua de los talleres de teatro, acostumbra a participar como ponente en mesas redondas sobre discapacidad y también publica artículos de opinión en diversos medios de comunicación. El caso es no parar.

SE PRESENTARON A LAS PRUEBAS 2.000 CANDIDATOS
UNA PARALÍTICA CEREBRAL CONSIGUE SER LA PRIMERA EN UNAS OPOSICIONES PARA PSICÓLOGO


La riojana Mercedes García Laso, que tiene una parálisis cerebral de nacimiento y una discapacidad del 80%, ha logrado el número uno en las oposiciones para Psicólogos Internos Residentes (PIR). A estas pruebas, se presentaron más de 2.000 licenciados.
"Nunca me he rendido ante las dificultades", ha señalado García. dispuesta ejercer su profesión por encima de todo porque "lo que me hace ilusión es trabajar".
Mercedes García Laso, nacida en Logroño hace 31 años, tiene un expediente académico envidiable, con licenciaturas en Farmacia -con uno de los cinco mejores expedientes de su promoción en la facultad de Pamplona- y Psicología en Salamanca.
"No me gusta estudiar, pero siempre he sido buena en ello", confiesa la psicóloga.
Su etapa universitaria le "cambió la vida"
La universidad ha sido el lugar en el que, probablemente, más ha podido demostrar la fuerza de su carácter y su afán para superar las dificultades de movilidad y para escribir.
Una silla de ruedas eléctrica y el ordenador le facilitaban el trabajo "y también las amigas con las que vivía me ayudaban cuando necesitaba algo" aunque "al hacer algún papel o hablar con un profesor nadie podía ayudarme, eso es algo personal".
"La universidad me cambió la vida", asegura, ya que a los 19 años superó "la etapa más difícil, la adolescencia" cuando no se "atrevía ni a bajar a comprar el pan, por vergüenza".
Antes "había sido una niña muy alegre, no tuve problemas con los otros niños" aunque admite que "estaba todo el día por el suelo".
La psicología, su verdadera vocación
Después del instituto estudió Farmacia en Pamplona "pero ya antes de acabar vi que no era lo mío, porque para mí hubiese sido muy difícil trabajar en una farmacia", afirma.
En su estancia en la Universidad de Navarra descubrió su vocación de psicóloga, "porque la gente venía a hablar conmigo, me contaba sus problemas y yo no sabía por qué" quizás porque "tengo empatía, me pongo en el lugar del otro".
"Desde entonces empecé a leer sobre psicología y una amiga que ya ejercía esa profesión me habló de su trabajo". Convenció a sus padres para matricularse en Psicología en la Universidad de Salamanca, carrera que finalizó en tres años y medio "aunque no me convalidaron ni una asignatura".
"Me lo tomé como un trabajo" y "no tuve la típica vida de estudiante entre semana" aunque "los fines de semana sí salía, ¡estaba en Salamanca!", exclama, en alusión al ambiente estudiantil de la ciudad castellana.

MERCEDES GARCÍA LASO NÚMERO 1 DEL PIR

«Mi virtud es que soy responsable y sé cuáles son mis obligaciones»
La riojana Mercedes García, que sufre parálisis cerebral, consigue el número uno en las pruebas para psicólogos residentes (PIR)

Mercedes García Laso, logroñesa de 31 años, ha conseguido el número uno de entre más de dos mil aspirantes en las pruebas para Psicólogos Internos Residentes (PIR), el equivalente al MIR médico. El lunes pasado conoció la nota. Pero en el ya meritorio éxito de Mercedes, se da además una circunstancia excepcional: la joven sufre una parálisis cerebral que le provocó una minusvalía física del 65%. Mercedes tiene que usar a menudo silla de ruedas, pero sólo para sus desplazamientos largos. Tampoco puede escribir a la misma velocidad que sus compañeros, pero con la ayuda del portátil y de las fotocopias y con la comprensión de los profesores, ha sido capaz de llevar al día (más que al día) todos sus estudios.
Ahora, la joven riojana se encuentra en un momento crucial de su vida: debe elegir destino entre los 98 puestos ofertados para los PIR. Pero aún tiene dudas. «Por un lado, me gustaría estar cerca de Logroño (en la capital riojana no se ha convocado ninguna plaza). Pero por otro, quiero estar en un buen hospital donde pueda aprender cuanto más mejor», relata. Mercedes aspira a trabajar en terapia, aunque, al contrario que en el MIR, en el caso de los psicólogos existe una especialidad única, Psicología Clínica. La joven, que ya ha comenzado a informarse a través de sus profesores, visitará en las próximas semanas diferentes hospitales para conocer de primera mano sus posibles elecciones. «Tendré que decidir en abril», añade, mientras advierte de que su parálisis no le impide prestar terapia «perfectamente». Mercedes rechaza ser etiquetada como «ratón de biblioteca». Al contrario, se considera preparada para el lado práctico de su profesión y lo prueba con las ofertas de trabajo que recibió mientras vivió en EEUU y su frecuente participación en mesas redondas, conferencias y coloquios, donde suele ser invitada como ponente.

«Nerviosísima»

Mercedes se examinó del PIR el 20 de enero. Aunque las pruebas se realizan en todas las comunidades autónomas, las personas con discapacidad se desplazan a Madrid. Ella confiesa que estaba «nerviosísima» cuando se sentó a responder a las preguntas del examen. «Te lo juegas casi todo en un día: hay mucha gente y pocas plazas», agrega. Pero no tenía motivos para la inquietud: se había licenciado en la Facultad de Psicología de Salamanca seis meses antes con un expediente brillante, después de acabar la carrera en tres años y medio en lugar de los cinco pertinentes.
En el medio año previo al PIR, Mercedes ya había preparado las pruebas con un programa espartano y apuntes que llenaban una habitación. «Mi virtud es que soy responsable y sé cuáles son mis obligaciones», explica. La misma receta de esfuerzo que aplicó en Salamanca. «Yo me lo pasé muy bien los fines de semana, pero sabía que de lunes a viernes, estudiar era mi trabajo», cuenta.
Salamanca fue la segunda parada de Mercedes alejada de su nido familiar de Logroño. En 1994, la joven salió por primera vez a estudiar fuera, a Pamplona, donde se licenció de su primera carrera, Farmacia. «Durante el Bachillerato fui por Ciencias porque era más fácil y decidí hacer Farmacia. El primer año en Pamplona, compartiendo piso con cuatro personas, fue el mejor de mi vida. Me solté, me atreví a hablar con la gente; antes no bajaba ni a comprar el pan. Fue maravilloso y cada uno de los cinco años, mejor que el anterior», cuenta. Mercedes acabó la carrera con uno de los cinco mejores expedientes de su facultad en la Universidad de Navarra. «Pero pronto me di cuenta de que Farmacia no era mi verdadera vocación», sigue. Y como Mercedes cree que los sueños están para cumplirlos, desechando becas, 'másters' y trabajos, comenzó su aventura en Salamanca. Un brillante trayectoria saldada ahora con el penúltimo éxito: el número uno en unas pruebas que le abren las puertas al mercado laboral. Su próximo reto.

“Mi vocación es la terapia y estoy dispuesta a esforzarme mucho para dedicarme profesionalmente a ella”

- Mercedes García Laso, licenciada en Farmacia por la Universidad de Navarra y con una minusvalía del 65%, ha obtenido el número uno en el PIR

Mercedes García Laso. Foto: Manuel Castells
Mercedes García Laso, graduada en Farmacia en la Universidad de Navarra (1999) y en Psicología en la Universidad de Salamanca, ha obtenido el primer puesto en las pruebas para Psicólogos Internos Residentes (PIR). La parálisis cerebral que le provoca una minusvalía mayor del 65% no ha sido obstáculo para que esta logroñesa de 31 años haya destacado entre más de 2.000 aspirantes. “Mi vocación es la terapia. Me siento muy segura de ello tras realizar prácticas porque sé que lo puedo hacer. Estoy dispuesta a esforzarme mucho para dedicarme profesionalmente a ella”, asegura.
Cuando Mercedes terminó el Bachillerato se encontraba “totalmente apática” y no sabía qué estudiar. Los consejos de una amiga de su madre le encaminaron a Farmacia. Sí tenía clara una cosa: “Quería estudiar en la Universidad de Navarra. Pensé que sería lo mejor para mí por la atención personalizada y el primer año en Pamplona fue el mejor de mi vida”.

Vocación terapéutica
Además, la convivencia universitaria le descubrió la amistad, le abrió la mente y le aportó confianza. “Vi que con esfuerzo se puede conseguir todo”, cuenta Mercedes.
Su trayectoria en la Universidad de Navarra fue brillante y productiva. Un expediente académico entre los cinco mejores de su promoción y sus prácticas en el Servicio de Farmacia de la Clínica Universitaria así lo avalan. Pero las confidencias de sus amigas a lo largo de la carrera le descubrieron su vocación profesional. En 2002 comenzó una nueva etapa en Salamanca, donde en tres años y medio, en lugar de los cinco comunes, se licenció en Psicología con un 3,2 sobre 4 como nota media.
“Teniendo en cuenta mis dificultades, es el trabajo que mejor puedo desarrollar. Me encanta y los profesores y mis tutores de prácticas me han dicho que se me da muy bien”, asevera Mercedes, quien asegura que no escatimará esfuerzos para conseguirlo.
Dentro de un mes, se vislumbrará su futuro profesional. Por el momento, cuenta con varias posibilidades. “Barajo trabajar en Pamplona pero estoy abierta a cualquier lugar de España. Sólo quiero ir dónde pueda aprender lo máximo posible para dedicarme a la terapia psicológica. Tendré alguna dificultad, por ejemplo, al llenar la historia clínica, pero confío en desarrollar bien mi trabajo”, enfatiza Mercedes.

MERCEDES GARCÍA LASO –PRIMER PUESTO EN LA CONVOCATORIA PIR

Mercedes García Laso, es original de Logroño, tiene 31 años, y acaba de saber que ocupa el primer puesto de entre los más de dos mil aspirantes en las pruebas para Psicólogos Internos Residentes (PIR). Esta joven excepcional, que ya contaba con una licenciatura en Farmacia, cursó sus estudios de Psicología en tres años y medio, y se licenció hace aproximadamente 7 meses en la Facultad de Psicología de Salamanca.
Más excepcional resulta el hecho de que Mercedes tiene una parálisis cerebral que le ha provocado una minusvalía física mayor del 65 por ciento, lo que convierte su mérito en todo un ejemplo de constancia y superación.
El currículum de Mercedes no se reduce a lo académico. Según afirma, no le gusta estudiar. Viajó sola, haciendo trasbordo en Nueva York, a Maryland donde trabajó como voluntaria; está muy implicada en el movimiento asociativo de personas con discapacidad; ha participado como ponente en varias mesas redondas; estuvo trabajando con una beca en el Gobierno de La Rioja; ha realizado prácticas en diversos organismos ¡y tiene el carné de conducir! Resulta evidente que Mercedes no es un "ratón de biblioteca" aunque estudiar se le dé muy bien.

ENTREVISTA

En primer, lugar queremos agradecerte que nos hayas concedido esta entrevista, tenemos constancia del gran número de llamadas y entrevistas que te están solicitando diversos medios. Mercedes, enfrentas ahora un momento crucial: elegir destino entre los 98 puestos ofertados para los PIR. ¿Has pensado ya dónde te gustaría realizar la residencia?
Todavía estoy recogiendo información. Quiero encontrar el sitio más adecuado para mí, donde sean sensibles a mis peculiaridades y estén dispuestos a hacer un esfuerzo conmigo.
Voy a tener algunas dificultades a la hora de hacer la residencia, sobre todo porque consiste en una rotación por diversos servicios, lo que hace difícil la adaptación del puesto de trabajo.
En el Practicum que realicé en un Centro de Salud comprobé que podía conducir una terapia, con ciertas adaptaciones por mis dificultades manuales, por supuesto. Fue esto, junto con el consejo de profesores y tutores, lo que me animó definitivamente a preparar el PIR como siguiente paso al objetivo que tengo desde hace años de dedicarme a la terapia.

¿Cómo encaras esta nueva etapa?
Como un nuevo reto ¡me encantan los retos! Siento miedo pero estoy acostumbrada a ello. Creo que es una gran oportunidad para seguir aprendiendo y creciendo, tanto profesional como personalmente.

Seguramente hayas fantaseado en numerosas ocasiones con cómo serán los meses de residencia. ¿Qué expectativas tienes respecto al PIR?
Como te decía antes, confío en que todo salga bien. Me importa mucho más que me "acojan a gusto" que la localización cerca de Logroño o la orientación teórica.

¿Cómo ha sido todo el proceso hasta presentarte al examen?
Lo primero fue tomar la decisión de preparar el PIR, para lo cual consulté a profesores, residentes y demás. Luego me matriculé en una academia para estudiar a distancia y posteriormente realicé un curso intensivo.
¡La verdad es que me he pegado una "panzada" de estudiar tremenda!

En el futuro, ¿dónde te gustaría desarrollarte profesionalmente?
Quiero hacer terapia y, dependiendo de las circunstancias, me especializaré o no en personas con discapacidad.
En principio -y digo "en principio" porque con mis experiencias en la residencia todo puede cambiar- confío en construirme un tipo de terapia que se ajuste a mis características personales y actualmente los enfoques que más me gustan para ello son el sistémico, el humanístico, el post-racionalista y/o integrador. Pero quiero insistir en que esto es lo que pienso "ahora", con lo cual no tengo ningún inconveniente ¡al contrario! en formarme en otras orientaciones.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos ha venido denunciando desde hace tiempo que el número de plazas PIR son insuficientes para cubrir la demanda asistencial de psicólogos clínicos en el Sistema Nacional de Salud. ¿Cuál es tu opinión a este respecto? ¿Te parece que sería necesaria una mayor incorporación de psicólogos al Sistema Nacional de Salud?
Por supuesto, son necesarios más Psicólogos para mejorar la atención psicológica a la población tanto en calidad como en cantidad. Por lo que conozco, con sesiones de media hora cada tres semanas no se puede hacer demasiado…

Como posiblemente conozcas, desde que en el año 2003 se aprobara la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) 44/2003, excluyendo a la licenciatura en Psicología del reconocimiento como profesión sanitaria, el debate en torno al estatus profesional de la Psicología ha sido constante en numerosos foros relacionados con esta disciplina. ¿Cómo valoras tú las medidas propuestas hasta el momento para hacer frente al conflicto del reconocimiento sanitario de la Psicología? ¿Qué medidas consideras que deberían tomarse?
La verdad es que no estoy demasiado informada al respecto. Espero que la "unificación de titulaciones europeas del 2010" (creo que se llama así) sea una oportunidad para el cambio y en ello el Colegio Oficial de Psicólogos deberá jugar un papel importante.

Una riojana con parálisis cerebral, número uno entre más de 2.000 opositores al PIR

Mercedes García Laso, licenciada en Farmacia por la UN y en Psicología, tiene una discapacidad del 80 por ciento

La riojana Mercedes García Laso sufre parálisis cerebral de nacimiento y tiene una discapacidad del 80 por ciento, pero ha logrado el número uno en las oposiciones para Psicólogos Internos Residentes (PIR) a las que se presentaron más de dos mil licenciados.

Nunca me he rendido ante las dificultades», recalcó esta mujer, dispuesta ejercer su profesión por encima de todo porque lo que le hace ilusión «es trabajar».
Mercedes García Laso, nacida en Logroño hace 31 años, tiene un expediente académico envidiable, con licenciaturas en Farmacia -con uno de los cinco mejores expedientes de su promoción en la Universidad de Navarra (1999)- y Psicología en Salamanca, a pesar de que «no me gusta estudiar, pero siempre he sido buena en ello».
Sin embargo, la universidad ha sido el lugar en el que, probablemente, más ha podido demostrar la fuerza de su carácter y su afán para superar las dificultades de movilidad y para escribir.
Una silla de ruedas eléctrica y el ordenador le facilitaban el trabajo «y también las amigas con las que vivía me ayudaban cuando necesitaba algo» aunque «al hacer algún papel o hablar con un profesor nadie podía ayudarme, eso es algo personal».
«La universidad me cambió la vida», asegura, ya que a los 19 años superó «la etapa más difícil, la adolescencia» cuando «no me atrevía ni a bajar a comprar el pan, por vergüenza».
Antes «había sido una niña muy alegre, no tuve problemas con los otros niños» aunque admite que «estaba todo el día por el suelo».
Después del instituto estudió Farmacia en Pamplona «pero ya antes de acabar vi que no era lo mío, porque para mí hubiese sido muy difícil trabajar en una farmacia», confiesa.
Sin embargo, en su estancia en la Universidad de Navarra descubrió su vocación de psicóloga, «porque la gente venía a hablar conmigo, me contaba sus problemas y yo no sabía por qué» quizás porque «tengo empatía, me pongo en el lugar del otro».
«Desde entonces empecé a leer sobre psicología y una amiga que ya ejercía esa profesión me habló de su trabajo», por lo que convenció a sus padres para matricularse en Psicología en la Universidad de Salamanca, carrera que finalizó en tres años y medio «aunque no me convalidaron ni una asignatura».
Lo consiguió gracias a que «me lo tomé como un trabajo» y «no tuve la típica vida de estudiante entre semana» aunque «los fines de semana sí salía, ¡estaba en Salamanca!», exclama, en alusión al ambiente estudiantil de la ciudad castellana.

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