Yo he vencido al mundo


Durante la pasada Semana Santa hubo un intento de sacar por las calles de madrileño barrio de Lavapiés una “procesión atea” que tendría lugar, nada menos, el mismo jueves santo. Los organizadores tenían la declarada intención de faltarnos al respeto a los cristianos y atacar nuestras creencias de una forma tan vulgar como dañina. Reconozco que tengo que hacer un intenso ejercicio de autocontrol para no empezar a “echar sapos y culebras” por la boca cuando me entero de este tipo de ataques en los que, para colmo, ellos consideran que la prohibición de que se llevara a cabo ese espectáculo bochornoso implicó un retroceso en el derecho de manifestación de nuestro país. ¿Derechos? ¡Estoy tan cansada de escuchar la palabra “derechos”!, ¿para cuando se empezará a hablar de “responsabilidades”, de obligaciones?


Y para rizar aún más el rizo, encima nos acusan a los cristianos de organizar “agresivas actividades” durante la Semana Santa. ¿Se están refiriendo a las diversas procesiones y actos de piedad? Como dice un buen amigo mío, “para defender algo necesitamos conocerlo muy bien pero para atacarlo sólo ser un ignorante”.

Cada vez se me hace más difícil entender de dónde puede salir tanto odio, tanta obsesión contra nosotros, los cristianos.


Los profesores de religión conocemos de primera mano este tipo de posturas radicales contra el cristianismo, principalmente católico. Son demasiados los casos de profesores que sufren rechazos y ataques diarios.


Debo puntualizar que tengo que dar muchas gracias a Dios porque, en general, he tenido una muy buena acogida entre mis compañeros de trabajo pero también he experimentado en alguna ocasión cómo se nos falta al respeto y se nos discrimina por motivo de nuestras creencias mucho antes de habernos dado la oportunidad de conocernos.


Hace pocas semanas, una compañera se acercó a mí con mucha simpatía para presentarse, pero no me dio tiempo ni para despedirme de ella. En cuanto le dije que era la profesora de religión se borró la sonrisa de su cara, frunció el ceño y me dio la espalda.


Otros no quieren pedirme favores porque, literalmente, no quieren "mezclarse con curas ni monjas".


Y una, que es poco dada a enfrentarse a los conflictos, no sé si por sensatez o más por falta de valentía, se pregunta cómo debemos reaccionar y actuar los cristianos.


Jesús nos lo advirtió: "Ningún siervo es superior a su señor. Igual que me han perseguido a mí, os perseguirán a vosotros". Así que creo que el hecho de ser rechazados e incluso humillados, debe ser una muestra de que no estamos yendo por mal camino.


Soy de esas personas convencidas de que el tiempo va colocando cada cosa en su sitio, y de que es cuestión de paciencia ver cómo la Verdad se abre camino. Pero, sobre todo, tenemos que hacer un gran esfuerzo por intentar descubrir cómo mira Dios a esta gente que guarda tanto odio y actuar como Él lo haría, siempre siguiendo su consejo: "Sed astutos"

En esta tarea no debe faltarnos la confianza porque Jesús concluyó su aviso de persecuciones con una frase alentadora: "Animaos, yo he vencido al mundo"


El presidente de la Asociación de ateos y librepensadores de Madrid, que fue una de las asociaciones convocantes de esa esperpéntica “procesión atea” manifestó que consideran a los cristianos personas irracionales, que vivimos ajenos a la realidad.


Pues, ¿Qué queréis que os diga?


Sin lugar a dudas, prefiero vivir unas creencias que me hacen ver a Dios en el prójimo, que me llevan a admirarlo y respetarlo por encima de todo..., a tener unas ideas que cierran la puerta de golpe a todos los que no piensan como yo. Una mentalidad que conduce a actitudes primitivas y trasnochadas que se alejan totalmente de la auténtica construcción de la civilización del amor.




Escuchar audio: Yo he vencido al mundo

3 comentarios:

El Manco de Tordesillas 8 de junio de 2011, 12:33  

Muy acertado el contenido de este artículo.
En mi personalísima opinión, quien se atreve a criticar sin tener la información necesaria se arriesga muy mucho a hacer el ridículo.
Nada mejor que contrastar la información que poseemos los que defendemos nuestras posiciones con las opiniones contrarias para desarmarlas y dejarlas en evidencia. ¿No te parece?

Nines 9 de junio de 2011, 7:57  

Es cierto. Los cristianos necesitamos, cada vez con mayor urgencia, estar bien formados. Muchas veces no sabemos defender nuestras creencias por la falta de una formación suficiente que nos ayude a entender las "razones de la fe".

Nicodemus 11 de junio de 2011, 2:55  

Sí, los ateos no se dan cuenta que la Iglesia es el cuerpo de Cristo pero ya resucitado, o sea, que la muerte no tiene poder sobre Ella. Teniendo eso seguro, a nosotros solo nos toca ser pacientes y explicar bien las cosas.

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario, será publicado en unos minutos

  ©Template by Dicas Blogger.