Mi mayor bendición
Hoy es un día especial, no sólo por ser nuestro último programa de la temporada sino también porque es el cumpleaños del P. Raúl. ¡Muchísimas felicidades! Desde aquí le deseamos lo mejor en este día y que Dios siga bendiciéndote su vida todos los días de este nuevo año que hoy estrena.
Y además celebramos otro aniversario, porque ayer hizo un año de la inauguración en Tordesillas del Centro Internacional para Defensa de la Vida Humana (CIDEVIDA). Es el primer centro internacional creado por y para la vida.
El año 2009 fue un año difícil para el derecho a la vida en España porque se aprobó una ley que entraría en vigor en julio del año siguiente que convertía, de repente, en derecho lo que, hasta entonces, había sido considerado un delito. Fueron muchas las voces que se alzaron en contra de tal despropósito. Sin embargo aquellas voces no se quedaron en simples lamentos y fueron más allá. Surgieron multitud de proyectos y acciones en defensa del don más sagrado que tenemos: la vida.
En medio de todo ese ambiente, un grupo de amigos se unen bajo un mismo sentir. De ellos surge una hermosa idea: crear un centro que sirva para explicar el origen de la vida de manera clara y científica con todos los datos que hoy conocemos gracias a los avances técnicos de los últimos años en medicina, un centro en el que, también, se explicara la realidad del aborto y las consecuencias tan nefastas que conlleva tanto para la mujer como para toda nuestra sociedad. Y, por supuesto, un centro que sirviera también de atención y apoyo para todas aquellas mujeres, sin importar su nacionalidad, ideología o religión, que se encontraran ante un embarazo imprevisto o al que pudieran acudir en busca de ayuda si estaban sufriendo las secuelas de un aborto provocado.
Y este grupo de amigos están tan ilusionados y convencidos de la importancia de su proyecto que comienzan a trabajar y a entregar su esfuerzo y sus vidas para conseguir que salga adelante a pesar de las múltiples dificultades que sabían que tendrían, tanto de tipo económico como administrativo. Sin embargo, no podían quedarse indiferentes ante el milagro de la vida y la violencia que supone cada aborto. Y, con esa convicción, pusieron toda su confianza en Dios, sabían que Él les ayudaría a encontrar los cauces adecuados para llevar adelante su proyecto.
Gracias a su empeño y determinación, van superando los distintos problemas que van surgiendo y el día 27 de junio de 2010 por primera vez CIDEVIDA abre sus puertas en la Iglesia de San Juan Bautista de Tordesillas y lo hace gracias al apoyo del Arzobispado de Valladolid que cede esa preciosa iglesia del s. XVI que ya no estaba destinada al culto y que se iba a convertir en lugar de conciertos y terminó siendo un sitio para entonar un “canto a la Vida”.
Han recibido también el apoyo de varias Asociaciones Provida y de diferentes personalidades del mundo de la ciencia y de las artes. A todos ellos, asociaciones y particulares, debemos agradecer su entrega desinteresada.
Desde entonces CIDEVIDA ha tenido multitud de visitas, entre sus muros ya han estado varios grupos de estudiantes de secundaria y bachillerato que aseguraron quedar impactados por la información tan clara y precisa que habían recibido. Grupos de personas más o menos sensibles al valor de la vida humana pero que ya no han podido quedarse indiferentes tras la visita. Y grupos que vienen expresamente de otros países para ver la exposición.
Está siendo tan grande el interés por el centro que, incluso, han sacado un DVD explicativo que contiene, además de los videos con los distintos contenidos de la exposición, los paneles, las imágenes y fotografías de la misma, para que puedan ser utilizadas convirtiéndose en un excelente instrumento para la defensa de la vida humana.
Pero, lo mejor de todo, son las personas que están allí abriéndonos la puerta de la exposición y de su corazón, personas que nos guían y acompañan durante la visita, porque con sus explicaciones, su cercanía, su determinación, su entrega desinteresada, en una palabra: su vida… salvan vidas.
CIDEVIDA EN LA RED
Actualmente a CIDEVIDA podemos encontrarla en la Red a través de los
siguientes enlaces:
www.cidevida.org: Web oficial de la asociación. En ella además de
encontrar información acerca de los diferentes actos de la asociación
también pueden encontrar unas páginas formativas a cerca de lo que supone
la decisión de abortar en la sección titulada: “La decisión de Live”.
Cabe destacar que a esta página llegan visitas de 39 países destacando de
manera muy preeminente las visitas del continente americano. Todos los
países de este continente visitan esta web excepto Nicaragua y las
Guayanas.
Otra web es www.canalvida.eu
www.youtube.com/user/cidevida: En youtube hay colgado más de
veinte vídeos que abarcan desde la inauguración del museo hasta la
participación de conocidos deportistas en CIDEVIDA como también el último vídeo subido correspondiente al último preso cubano excarcelado por la dictadura comunista de los hermanos castro: Sr. Óscar Biscet.
Facebook: CIDEVIDA opera en esta red social a través de tres cuentas:
1.- Cidevida Centro Internacional:
2.-PormiDerecho Anacer:
www.facebook.com/home.php
3.-Anticonceptivos La Verdad Cid:
www.facebook.com/home.php
A través de ellas ya se han incorporado casi 3.000 amigos e igualmente colaboradores, cifra que se espera superar ampliamente a finales de año.
Una ex modelo sorprende al mundo con su conversión tras abortar e intentar suicidarse
Tras su exitoso paso, hace ya unos cinco años, por las pasarelas europeas y diversas producciones para la televisión, Amada Rosa Pérez, desapareció de la escena pública sin dejar rastro alguno. Hace poco ha vuelto, pero esta vez no para deslumbrar a hombres y mujeres con sus atributos físicos y su encanto personal sino para dar testimonio de su conversión después de haber abortado e intentado suicidarse.
Amada Rosa Pérez llegó a ser una de las modelos de pasarela más cotizadas del país pero hace cinco años desapareció de la escena pública sin dejar rastro. Hace unas semanas volvió a ser noticia al compartir su testimonio de conversión en una entrevista concedida al diario El Tiempo.
Amada confesó que padeció una enfermedad que le quitó el 40 por ciento de la audición en el oído izquierdo y empezó a cuestionar toda su vida. «Me sentía inconforme, insatisfecha, sin rumbo, sumergida en satisfacciones pasajeras, pero siempre buscaba respuestas y el mundo jamás me las dio», indicó.
«Antes era una persona afanada, estresada, me alteraba fácilmente. Ahora vivo en paz, no me afana el mundo, disfruto cada momento que me ofrece el Señor. Voy a Misa y rezo el Santo Rosario diariamente, al igual que la coronilla de la Divina Misericordia a las 3:00 p.m. Me confieso con frecuencia ante un sacerdote», agregó la colobiana, informa ACI.
Ahora se llama Amada Rosa de Jesús y María, es devota de la Virgen y una activista incansable de la comunidad religiosa Lazos de Amor Mariano.
Amada afirma que «ser modelo significa ser un punto de referencia, alguien cuyas actitudes son dignas de reproducir y yo me cansé de ser una modelo de superficialidad. Me cansé de un mundo de mentiras, apariencias, falsedad, hipocresía y engaños, una sociedad llena de antivalores, en la que se resalta la violencia, el adulterio, la droga, el alcohol, las peleas, un mundo que exalta las riquezas, los placeres, la inmoralidad sexual y el fraude».
«Quiero ser modelo de promoción de la verdadera dignidad de la mujer y no de su utilización comercial», concluyó.
Hablando de los detalles de su conversión, esta vez con la cadena Caracol, la joven de 33 años dijo que tuvo que tocar fondo para re-encontrarse con ella misma.
Un aborto y un intento de suicidio, fueron dos de las razones por las que decidió buscar el cambio. «Yo aborté y eso marcó mucho mi vida por eso estoy acá compartiendo mi testimonio».
Sobre los motivos que tuvo para tomar esas decisiones, Pérez dijo, «uno siente que la vida se le viene encima, que no va a poder con esto, no sentía apoyo y se siente uno solo. Me hacía falta amor, comprensión y apoyo».
Este vídeo fue emitido en el programa "Últimas preguntas" de TVE2 el pasado 4 de mayo de 2008. Este es el testimonio de Carlota Ruiz de Dulanto, madre de tres hijas y directiva de una importante empresa, sobre su experiencia de fe, especialmente ante circunstancias difíciles de su vida.
(MUNDO CRISTIANO - 22-9-2005) - Me llamo Carlota Ruiz de Dulanto, nací en la década de los 60 en una familia maravillosa, soy la mayor de 3 hermanos y la única chica. La enseñanza primaria la hice parte en París, donde estaba destinado mi padre, y la secundaria en Madrid, en el colegio Montealto. Estudié la carrera de Derecho en la Autónoma de Madrid.
A los 25 años sufrí un accidente grave, estaba trabajando en Michigan (EEUU) y durante un tornado me cayó un árbol en la espalda y me rompió la columna vertebral a nivel de las lumbares. En cuestión de segundos pasé de ser una bailona, esquiadora y deportista a sentarme en una silla de ruedas para toda la vida. Luego he conseguido desplazarme también con muletas pero en aquel momento, en la sala de urgencias del hospital, el pronóstico fue taxativo: "You will never walk again" (nunca volverás a andar).
A partir de ahí, me cambiaron los planes de vida, olvidé la carrera diplomática y entré a trabajar en IBM. Javier, mi marido, que entonces era mi novio, no se fue de mi lado, caso bastante inhabitual en estas circunstancias tan difíciles. Pasaron unos años, nos casamos y hemos formado una familia.
Trabajo en un departamento de IBM de operaciones financieras de la región sur de Europa, mi discapacidad no es un problema ni para mí, ni para mis compañeros, ni para la compañía. Compagino bastante bien mi vida familiar y laboral gracias a Javier y a mi madre, que están siempre implicados, y a la política de teletrabajo de mi empresa, que me permite flexibilizar los horarios de entrada y salida y si es necesario también trabajar desde casa. Y sobre todo porque Dios y solo ÉL es quien provee, Él me ha dado unas limitaciones y Él se encarga de solucionarlo todo, Él lo hace todo yo no hago nada. Dios nos ha regalado 3 hijas, Mencía, Mariana y Paloma. Estas tres princesas, ante los aspavientos de mi respuesta, muy a menudo me hacen esta pregunta:
- Mamá cuando te encuentres con Dios ¿qué le vas a decir?
- ¡¡¡Me lanzaré en sus brazos y me lo comeré a besos!!!
Realmente eso es lo que me produce pensar en mi Padre del Cielo. Cuando miro para atrás y veo mi vida, siento con qué delicadeza ha ido Dios guiándome... Nada de lo que me ha ocurrido ha sido por casualidad, su mirada amorosa estaba junto a mí, especialmente en los momentos más duros, que os aseguro los he tenido, quizá en esos momentos de pánico, dolor y desconcierto no lo notaba, pero sí sentía una algo firme que me decía "Carlota confía... confía ... confía..."], me ha rodeado de ángeles, han caído en mis manos libros muy profundos, me ha protegido siempre. Os puedo contar una historia muy bonita que me hizo caer rendida de fe a los pies de la Virgen María. En el año 2000 estaba embarazada de mi tercera hija y, como no iba a nacer hasta el 20 de noviembre, me fui tranquilamente de vacaciones a casa de mis suegros a Fuenterrabía. Contra todo pronóstico, el 15 de Agosto me puse de parto; en la Maternidad de Ntra. Sra. de Aranzazu de San Sebastián no pudieron pararlo y, esa misma noche, di a luz una niñita que más parecía una codorniz, de 600 gramos de peso, que me dijeron que no era viable. Cabía en las palmas de las manos de la enfermera que se la llevó, me ofrecieron verla pero no pude, no quería recordar su carita en mis sueños.
Le pedí a la enfermera que se la llevó que la bautizara. Cuando salí del quirófano me llevaron a otro cuarto con otra madre que también había perdido a su bebé y me dieron unas pastillas para cortarme la leche. A las 3 de la mañana apareció un pediatra a explicarnos la tenebrosa situación: la niña tenía un respirador y un derrame cerebral de prematura y, era tan inmadura, que el pronóstico era muy grave. Tenía pocas probabilidades de vivir y si vivía tendría graves secuelas.
La sensación de vacío, de soledad, de fracaso y tristeza me invadió por completo. Las horas cercanas a la madrugada eran metálicas y frías, oía llorar a otra madre en la cama de al lado, yo no tenía fuerzas ni para llorar, mi cabeza giraba en torno al vacío de la situación, había dado a luz a una niña que no iba a vivir.
En esos momentos de desolación absoluta, me acordé que la niña había nacido el día 15 de Agosto, la Asunción de María, a las 23:50, e hice la pirueta espiritual... Amanecía en San Sebastián, por la ventana se veía el cielo azul con hilos de nubes rosas, y pensé en Ella, en mi querida Madre del Cielo, revestida de gloria y nubes rosas, y le pedí lo imposible. Yo soy parapléjica y al pensar que mi hija podía ser paralítica cerebral toqué fondo: "¿dónde iba yo en silla de ruedas empujando otra silla de ruedas?". Tenía que creer en lo imposible y le pedí con toda mi alma a la Virgen una niña viva y sana. Cuando por la mañana regresó mi marido y le conté la osadía de mi petición, pensó que en esa noche fatídica, no sólo había perdido una hija, sino que además su mujer se había vuelto loca. A la mañana siguiente fuimos a la incubadora, el panorama era desolador, era el bebé más pequeño que habíamos visto nunca, a su lado un niñito en parecidas condiciones se acababa de morir. Fuimos a buscar al capellán para que le diera la Unción de Enfermos, porque ya la había bautizado la enfermera, y le pusimos de nombre Paloma. Íbamos dos veces al día a verla, a acariciarla y a sufrir a su lado. Pruebas, ecografías, vías, transfusiones, informes, el pulsímetro pitando a todas horas... Estuvo un mes con paradas cardiorrespiratorias que se la podían llevar en cualquier momento, cada día que llegábamos al hospital estábamos preparamos para la peor noticia. En esa angustia, me colgué de Ntra. Sra. de Aránzazu en la capilla del Hospital y le pedí hasta el hastío por esa niña. Os aseguro que cuando me quedaba sola en la capilla se lo pedía a gritos.
Cuando llegó a un kilo de peso, la trasladaron en UVI móvil a La Paz a Madrid, donde nuestras otras hijas empezaban ya el colegio. Allí estuvo dos meses más. Costó mucho pero, por fin, el 22 de noviembre nos la llevamos a casa con oxígeno y mucho miedo, agotados, pero nos la llevamos. Tuvo alguna recaída en los primeros meses, os aseguro que fue una pesadilla.
Hoy Paloma tiene 4 años va al colegio Montealto, es una niña más que sana, es fuerte, es guapa, lista, resolutiva, es vital y alegre, no tiene secuelas, es una superviviente que nos recuerda cada día que para Dios no hay nada imposible. En las cruces subsiguientes que me va presentando la vida, veo a Paloma y confío: estamos en manos de Dios, en las mejores manos, el problema es que no nos lo creemos.
También he descubierto la Cruz, el misterio de la Cruz Gloriosa, como siempre, Él está detrás, liberándonos y abriéndonos con ella la puerta del cielo. Él nos ha traído a este mundo y no nos deja solos, está ahí siempre, respetando nuestra libertad y susurrándonos al oído: "te quiero con locura, tanto que he dado mi vida por ti, y te creé porque te quiero y quiero que seas feliz conmigo eternamente"
¡Bienvenida a la vida, mi pequeña Clara! Aún no has nacido y ya ilumina y llena mi mundo tu presencia.
Estoy muy feliz porque la Vida es formidable y tú ya estás disfrutando de ella, quiero que aprendas amarla y valorarla en toda su amplitud.
Cuando tú nazcas verás qué mundo tan maravilloso ha creado Dios para ti.
Llenarás todos tus sentidos disfrutando de los campos de Castilla en primavera, con mil gamas de verde que se mezclan en un equilibrio perfecto, más aún cuando el sol los ilumina y resalta todo el esplendor de las flores blancas, rojas, lilas de nuestra tierra. Rayos de sol que iluminarán tu mirada y la convertirán en un reflejo de Dios que podrá contemplar todo aquel que tenga el privilegio saber mirarte. Porque tú, mi pequeña, eres un Regalo de Dios.
Llenarás tus sentidos disfrutando de noches claras de luna llena, serenas y bellas. Del canto de golondrinas, alondras y gorriones formando la mejor de las sinfonías.
Llenarás tus sentidos disfrutando de la música, de tantas melodías que harán que tu alma se eleve hacia ese cielo que tanto te gustará contemplar, y de tantas pequeñas cosas fascinantes que te rodearán día a día a lo largo de tu vida: los colores, los olores, los sonidos.
Llenarás tus sentidos con el cariño de los que te rodearemos, de papá y de mamá, de tu hermano Iván que ya te cuida desde hace unos meses y se preocupa porque nadie te despierte si hablan en voz demasiado alta a tu lado, y que ya me ha asegurado que te enseñará cuentos y a pintar pero que también te reñirá cuando hagas las cosas mal. Y de muchísimas personas que ya están deseando conocerte y estar a tu lado.
Llenarás tus sentidos con tus avances, tus logros y progresos, disfrutarás aprendiendo y descubriendo la vida día a día.
Pero también, pequeñita, tendrás que experimentar la tormenta, la oscuridad, los temores, la soledad… no tengas miedo, chiquitina, los que ya te queremos te ayudaremos a superarlo y todo eso te hará más fuerte y hará de ti una persona hermosa.
Dios tiene pensado para ti un proyecto de vida, un plan que sólo tú podrás realizar porque Él ha sido quien ha querido que llegues a nuestro mundo ahora, tal y como eres. Aunque de momento nosotros sólo sepamos de ti que te gusta brincar y dar muchas vueltas dentro de mí. Pero Él ya te conoce y sabe de lo que eres capaz, por eso le pido que te enseñe a descubrir tus posibilidades, tus capacidades, tus maravillosos dones y así sigas fielmente la vocación que Él te ha dado, aquello para lo que has sido llamada a la vida.
Todos tenemos algo que cumplir y debemos ser dóciles al plan de Dios, sólo así descubrirás la auténtica felicidad.
Verás que es costoso en muchas ocasiones y que tendrás que renunciar muchas veces a aquello que más te gusta o te atrae. Pero ten la certeza de que Dios siempre te dará lo que más necesitas… aunque no te lo parezca en muchos momentos, con el tiempo irás descubriendo que Él siempre tiene motivos que nosotros no alcanzamos a entender por nuestras limitaciones. Lo importante es que mantengas tu confianza en Él.
Porque, aunque tropieces, siempre estará para cogerte de la mano y levantarte. No te asustes, mi pequeña, estamos aquí para ayudarte a comprender todo esto y estate segura de que tú también vas a enseñarnos a nosotros multitud de cosas.
Si teniendo tan sólo unos pocos centímetros ya lo estás haciendo conmigo, imagínate de lo que serás capaz a medida que vayas creciendo.
El que te ha creado y ha querido que vinieras justo en este instante, tal y como eres, nunca te abandonará y hará de ti una persona que muestre la grandeza de la vida a todos los demás. Porque cada vida es un tesoro único e irrepetible, y cada vida tiene mucho que aportar a nuestro complicado pero maravilloso mundo.
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Si tuviera que escoger el día más feliz de mi vida, me resultaría bastante complicado. Dios me ha bendecido con una innumerable cantidad de momentos maravillosos.
Sin duda, uno de los mejores fue el del nacimiento de nuestro pequeño Iván.
Apenas habían comenzado a pasar las primeras horas del día cuando unas molestias extrañas me despertaron de un plácido sueño. Volví a quedarme dormida. No había pasado una hora cuando nuevamente me despertaron molestias similares pero más intensas. Mi falta de experiencia hizo que dudara durante un buen rato si aquello podría ser el aviso de que nuestro hijo ya quería ver el mundo.
El caso es que ya no pude dormir más y al poco tuve que levantarme, pues me encontraba más cómoda de esa manera.
Me asomé a la ventana. La claridad del nuevo día empezaba a apoderarse de la ciudad. Aquel nuevo amanecer tenía una gran relevancia para mí, sabía que antes de que el sol se pusiera aquel 24 de mayo, Iván ya estaría entre mis brazos.
Las molestias aumentaban de intensidad y cada vez se sucedían con mayor frecuencia. Sonreí, puse mis manos en la barriga y susurré: "Tranquilo campeón, juntos vamos a hacerlo muy bien". A las dos menos veinte de la tarde ponían a nuestro chiquitín sobre mí. Aquella fue la primera vez que los dos nos miramos a los ojos. En ese instante experimenté con gran intensidad lo que supone el milagro de la vida. Su pequeño cuerpo tembloroso me transmitió una calidez y una ternura desconocidas hasta entonces para mí. Cogí sus diminutos deditos que se agarraban con fuerza a la vida y poco a poco se fue tranquilizando.
En ese momento sentí que nada más debía existir en el mundo salvo la felicidad por esa nueva vida a la que yo estaba íntimamente unida desde hacía nueve meses.
Tagore decía: "Cada recién nacido viene a decirnos que Dios aún no se decepciona del hombre"
A través de nuestro hijo, Dios me estaba diciendo lo enamorado que sigue estando de la humanidad.
¡¿Cómo no estarlo?! Somos la mejor obra de su creación. Lo supe con certeza al tener a mi hijo en brazos. Porque él me pareció, simplemente, perfecto.
Aquella experiencia cambió mi manera de ver y de sentir al ser humano, y apreciar de manera más consciente la enorme riqueza que poseen todas las personas que Dios va poniendo en mi camino. Valorar la vida de mi pequeño como el mayor de los tesoros hizo que entendiera aún más que la vida de cada uno es un gran plan de Dios para amar y ser amados, para enriquecernos unos a otros, para dotar de color y de sentido a nuestras existencias.
Deberíamos aprender a celebrar mucho más el don de la vida. Deberíamos conmovernos con cada nuevo nacimiento, con cada nuevo amanecer, porque son un mensaje de esperanza.
De esa manera nadie creería ya que la opción de terminar voluntariamente con un embarazo es algo positivo, incluso beneficioso.
Ya lo he dicho en otras ocasiones: ¡cada vida es única e irrepetible! Si terminamos con ella... ¿qué será de toda la riqueza que viene a traer al mundo? ¿A dónde irá todo el amor que esa nueva vida ya no podrá dar ni recibir? Si terminamos con ella, todos salimos perdiendo, porque siempre quedará un proyecto de vida sin realizar, un enorme hueco sin cubrir.
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Miércoles 24 de febrero, el Senado aprueba sin enmiendas la Ley de salud sexual y reproductiva y de Interrupción voluntaria del embarazo, es decir, la nueva ley del Aborto, que no la llaman así porque es menos políticamente correcto. Las personas que han dirigido todo este proyecto se abrazaban orgullosas y sonrientes ante lo que, dicen, es un gran avance para nuestra sociedad y servirá para salvaguardar la dignidad de la mujer.
Debo de ser muy rara pero, a mí no me parece un avance convertir un delito en un derecho. Tampoco me parece un avance abocar a la mujer a la falta de información, a la soledad y al abandono ante un embarazo imprevisto. A mí no me parece un avance una ley en la que salimos perdiendo las mujeres se mire por donde se mire.
Esas mismas personas publicaban unos días antes un documento sobre supuesta “Salud sexual y reproductiva” en el que afirmaban que la maternidad no es un hecho natural sino cultural. ¡Ah! ¡Claro! Se nos olvidaba que el cuerpo de la mujer lo escogimos así porque “culturalmente” nos pareció más interesante. Es como decir que las águilas tienen alas por una cuestión meramente cultural y no natural.
¿Cómo es posible que no nos escandalicen ya este tipo de afirmaciones? ¿Cómo no alzamos la voz todas las mujeres ante tan bárbara aseveración? Lo peor de todo es observar cómo una mentira repetida constantemente está pasando a ser creída como una verdad inamovible.
Cuando la verdadera realidad es que la mujer, por naturaleza, ha sido dotada, y cuando digo dotada lo hago con el convencimiento se nos ha dado un regalo, para albergar en su interior una nueva vida, ha sido dotada para acoger y cuidar de esa nueva vida justo desde su comienzo. Y eso, es todo un privilegio para la nosotras.
Además, escucho con asombro, cómo se acusa a la Iglesia de retrógrada por no aceptar una ley elegida en democracia. Ante esta argumentación habría que señalar que la mayoría también puede equivocarse, de hecho deberíamos recordar que Hitler, con todas las barbaridades que hizo con su proyecto de eutanasia y con su holocausto, no cometió ni un solo acto ilegal. Todos sus actos estaban amparados por leyes democráticas, ya que él llegó al poder tras unas elecciones dentro del marco democrático.
El hecho de que algo sea legal no significa que sea justo, y nunca deberíamos aceptar una ley injusta, por muy democrática que sea.
Miércoles 24 de febrero, primera ecografía de mi segundo hijo. En su séptima semana de vida ya tiene un corazoncito que late con fuerza y ritmo constante. Se le distingue la cabeza y sus incipientes bracitos así como las piernas. También se ve la sombra de sus ojos, unos ojos que verán el mundo con la curiosidad y la ilusión de los pequeños que saben apreciar las cosas como son, no como otros quieren que las veamos. ¿Cómo pueden decir que la criatura que llevo dentro es sólo un conjunto de células y no es ser humano que ya está viviendo?
La primera víctima de un aborto es el bebé, por supuesto, a esa criatura le segamos su vida de golpe sin darle ninguna oportunidad en nuestro complicado mundo. Pero la siguiente víctima es, sin duda, su madre. Una mujer que ya nunca olvidará que ha dejado de estar completa porque la unión con su bebé fue cortada de manera violenta. Una mujer que no entenderá, en muchos casos, porqué ya no puede dormir, porqué le atormentan constantes pesadillas, porqué sufre al ver a otros niños corretear por la calle, ni porqué le cuesta volver a confiar y a amar a otra persona.
La vida de esa mujer, quedará marcada, y sufrirá, sufrirá mucho si no se le ayuda. Una medida realmente social y de avance es aquella que sirva para apoyar y ayudar a estas mujeres. También lo será la que ayude a aquellas que aún no han tomado la dura decisión de terminar con su embarazo y les proporcione los medios adecuados para vivir su feminidad y su maternidad con la dignidad que merece todo ser humano.
Si en vez de facilitarles la maternidad les facilitamos romper con una parte tan íntima de su ser, estaremos creando el caldo de cultivo de una sociedad angustiada, frustrada, dolorida y sufriente, que no encontrará el rumbo ni el sentido de su existencia.
Y eso, sin lugar a dudas, nos perjudica gravemente a todos y cada uno de nosotros.
Querido Iván:
Seguramente me preguntes cuando seas más mayor las razones que tuve para ir a Madrid el pasado 17 de octubre, y también te preguntarás porqué te llevé conmigo.
Tengo que confesarte que si participamos en la manifestación cuyo lema era “Cada vida importa”, fue por ti y para ti.
¿Por ti? ¡Claro, chiquitín! Por que desde tu más pequeña presencia dentro de mí ya me enseñaste que la vida de un ser humano es un auténtico milagro y que, aún estando dentro de mí, eras independiente y ya te sentía como el ser único e irrepetible que eres. Cuando tú estabas dentro de mí, querido hijo, hiciste que todo mi mundo se transformara: nunca estaba sola, ahí estabas tú conmigo acompañándome a dondequiera que fuera; me sabía especial, ya que era un templo de la vida, me sentía más vital y con mayor energía porque ¿sabes una cosa? llevarte dentro me rejuvenecía, y también me hacía sentir más guapa.
Por ti, porque has hecho que sintiera con gran intensidad sentimientos que nunca había conocido y esos sentimientos me hicieron ponerme en el lugar de todas las mujeres que han sido, son y serán madres algún día.
Y en el de aquellas que tuvieron que eliminar las vidas de sus criaturas cuando se estaban acabando de estrenar… ¡Cuánto dolor! No logro entender cómo una mujer que es madre esté de acuerdo con prácticas abortistas.
¡Si la maternidad es la mayor expresión de nuestra feminidad! ¡Es lo más maravilloso que puede llegar a pasarnos a las mujeres!
También estuve el 17 de octubre en Madrid para ti, sí cariño, para ti. Porque eres el presente y el futuro, y deseo para ti un país en el que se respete por encima de todo la vida humana. Porque quiero que descubras el incalculable valor de cada vida y quiero que actúes en tu vida bajo ese principio. Sólo así llegarás a ser feliz, mi niño. Sólo sabiendo que el mayor valor que tenemos es el de la vida y que lo más valioso que puedas encontrar en tu camino es la vida de todos los demás.
Estuve para ti, para que nadie pueda hacerte daño porque digan que tu vida, o la vida de alguien que tu ames sea inservible o sea inútil o sea un estorbo. Estuve para que puedas llegar a ser padre algún día, un padre responsable y feliz.
Estuve para que no tengas que echarnos en cara a las generaciones pasadas que no hicimos nada ante la barbarie de la muerte de tantos y tantos seres inocentes. Tantos niños y niñas con los que habrías podido jugar, ser compañero de clase, de trabajo. Tantos niños y niñas de los que habrías podido enriquecerte con su belleza única e irrepetible, como la tuya, pequeñín.
Y te llevé conmigo para que aprendas, (sé que a pesar de tus dos años ya puedes aprender mucho), que en la vida tenemos que dar la cara, tenemos que luchar y esforzarnos por los demás.
Te llevé para que aprendieras que se puede luchar desde la alegría, desde el más profundo respeto, desde la belleza, desde la delicadeza, desde la unión con los demás. Porque esos fueron los valores que vivimos en Madrid el 17 de octubre.
Tengo que decirte que disfrutaste muchísimo con cada canción, con cada aplauso, con cada explosión de color que veías en el cielo gracias a los miles de globos que echaron a volar, con el helicóptero que nos miraba en la distancia, con cada atención de la gente que pasaba a tu lado y se fijaba en ti. Disfrutaste muchísimo con tu familia, con tus abuelos y tu tío… y con esa “familia” que ya estás empezando a descubrir que es toda la humanidad.
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