DIARIO: UNO DE TANTOS (1)

 Día 1 





Los síntomas de esta enfermedad se antojan caprichosos. Aparecen de formas diferentes según la persona y evolucionan a su antojo. 

De vez en cuando tengo atisbos de olfato y de gusto, leves y breves.

Ayer sentía la garganta y la boca en general como si se hubieran incrustado finos granos de arena por toda la superficie. Hoy casi ha desaparecido esa sensación. Desde anoche, muy de madrugada, comencé a sentir el aire que pasaba por la garganta en su camino hacia los pulmones se tornaba en frío y poco agradable y debajo del cuello, en la parte alta del pecho, podía visualizar la llama de un mechero encendido a poco gas. 

El inicio de esas sensaciones provocaron pensamientos encadenados por la inquietud y el miedo a un empeoramiento progresivo. "La loca de la casa" que decía Santa Teresa, puede desbocarse en unos segundos. Entonces, súbitamente llegó a mi recuerdo la melodía de canción 



Entre Tus manos


está mi vida, Señor.


Entre Tus manos


pongo mi existir.


Hay que morir,


para vivir.


Entre Tus manos


confío mi ser.


Sosegué mis pensamientos y preocupaciones con esa canción hecha oración repetida lentamente y una respiración pausada que me fueron llevando hacia el encuentro con el abrazo confiado en el Padre antes de quedarme dormida.

Al despertar, la "llama" en el pecho había crecido un poco y la sensación de ardor leve me ha estado acompañando buena parte del tiempo. El efecto del parancetamol ha tardado en hacerse notar pero poco a poco la sensación ha desaparecido por completo, aunque en estos momentos está regresando nuevamente. Hoy lo observo sin obsesionarme. Me han avisado de que no descuide los síntomas porque el coronavirus es muy traicionero.

Mantengo esa calma repitiendo mi oración de hoy: "Entre tus manos, está mi vida, Señor."

Muy temprano han ido a hacerse la PCR mis hijos y mi marido, mañana sabremos resultados. De momento no hay síntomas significativos y doy gracias por ello.

Si alguno estuviera contagiado se terminaría mi soledad, pero deseo profundamente que ninguno lo esté. Y eso teniendo en cuenta que lo más duro del día ha sido tener que decir que NO a cada uno de mis hijos cuando en diferentes momentos han venido a pedirme un abrazo.

El mundo sigue girando fuera y yo puedo actuar poco en él a pesar de sus reclamos, aunque voy buscando herramientas y recursos para ir resolviendo cuestiones.

Recibo continuos mensajes, llamadas, la presencia del resto de la familia en la distancia, los amigos, los compañeros....¡los alumnos! no voy a negar que los mensajes de mis alumnos me conmueven de especial manera. (¡Y cuánto me preocupa haber visto cómo se relajaban muchos de ellos en clase ante los posibles contagios una vez pasadas las primeras semanas del curso!)

Hasta el momento el tiempo se me está pasando de una forma inesperadamente fugaz.

Veremos qué tal transcurre la tarde...

A cada día le basta su afán. (Mt. 6, 34)


2 comentarios:

Manuel López,  16 de octubre de 2020, 10:05  

Mucho ánimo Nines!! Espero que te recuperes lo más pronto posible!!
Un abrazo y un beso en la distancia

Aurora 16 de octubre de 2020, 12:37  

Te voy leyendo mientras hago confinamiento. Ánimo!

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