19 QMEV - ¿QUÉ SABEMOS?
¿Qué sabemos si
los imprevistos, dificultades, problemas que sobrevienen en tu vida, traerán
consigo consecuencias negativas o un saco de buenos frutos?
¿Qué sabemos
acerca de los resultados y las consecuencias que se derivarán de lo que ahora
te parece terrible?
Tienes la vida
proyectada, los planes cuadrados, tus previsiones hechas al milímetro y de
pronto, surge algo que lo pone todo patas arriba, que transforma tu existencia
y te entra un vértigo tremendo pero… ¿Qué sabemos acerca de lo que todo eso
traerá en su conjunto al final?
No te desgarres
antes de tiempo. Sosiega tu alma, ruega fortaleza y sabiduría para afrontar lo
que está por llegar y mira de frente a la vida.
Prácticamente, cualquier
cosa que te pueda pasar, tiene un valor relativo y lo que ahora te preocupa
hasta dejarte sin aliento, al lado de otra situación, podría quedarse en un
simple juego de niños.
En cualquier
caso, insisto, ¿qué sabemos?
Voy a leerte
varias frases del libro del P. Francisco Castro Miramontes titulado
“Pensamientos para el Camino”
“El
sufrimiento se inscribe dentro de lo que damos en llamar el misterio de la
vida, pero el ser humano tiene capacidad para transformar el mal en bien, lo
negativo en posibilidad de crecimiento espiritual y maduración humana”.
Por
eso mismo, ¿qué sabemos? Lo que ahora mismo puedes sentir como funesto, quizá
tenga la cualidad de transformarse en una riqueza inmensa para tu vida si pones
en funcionamiento tu capacidad para transformar el mal por bien. Que lo que
parece inicialmente como negativo, se convierta en una maravillosa oportunidad
para crecer espiritual y humanamente.
Todos
esos recursos que has ido adquiriendo y ejercitando cada vez que no dabas la
espalda a la realidad y afrontabas tu proceso de duelo, son las herramientas
perfectas para saber que, a partir de ahora, podrás salir adelante ante
cualquier circunstancia.
Otra
frase de “Pensamientos para el Camino”:
“La
vida es paradójica, pero de la síntesis de opuestos surge el equilibrio.
Sabemos que existe la luz porque tenemos experiencia de la oscuridad y ésta nos
hace desear la luz. Hasta la negatividad es capaz de engendrar cosas buenas”.
Y
es que Dios hace nuevas todas las cosas (Ap. 21). La humillación, la tragedia,
la muerte en la cruz, escándalo y aparente punto y final, se convirtió en el
triunfo de la vida con la victoria de la resurrección. Lo que supuestamente
estaba perdido el viernes santo, se transformó en vida que vence a la muerte.
En luz que penetra en la oscuridad más densa que pueda existir y la deshace.
Sólo
es necesaria una cosa: saber esperar. Con paciencia y con confianza. Abandonado
en manos del Señor que es quien hace nuevas todas las cosas.
No
es tarea sencilla, pero deja a Dios ejercer como tal y no trates de hacerlo tú
por él. Eres limitado y reconocerlo humildemente te va a dejar liberado de una
carga que ni te corresponde ni necesitas llevar.
Por último:
“El
dolor te hace más fuerte y solidario. Si sufres, aprendes a comprender al que
sufre, y brota así una especie de compromiso solidario a favor de quien está en
esa misma situación. El dolor nos hermana”.
No
se trata de ningún consuelo, es una realidad. El dolor te forja y te humaniza.
Te hace más sensible al dolor del otro, empatizas con él te sientes
identificado. Ese sentimiento te lleva a acompañar y a hacerte solidario con el
otro que también sufre. Acompañar en el dolor une tanto que te identifica, que
te hermana.
Ése
es uno de sus grandes frutos del dolor porque en él está presente el amor. Y el
amor vence al miedo y supera el dolor.
El
amor es esa capa invisible que te envuelve y te protege cuando todo se pone del
revés, cuando la noche es más oscura y fría, cuando parece que no cabe
consuelo, cuando la desolación anida en tu interior.
El
amor vence, poco a poco, pausadamente, sin estridencias. Llega silenciosamente
y comienza a empapar las situaciones más difíciles y de pronto las puedes
analizar desde una perspectiva diferente. Dejas de sentirte ahogado por las
circunstancias y logras empezar a ver en ellas oportunidades para expandirte y
crecer.
El
amor vence, el amor salva, el amor descongela.
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