DIARIO: UNO DE TANTOS (4)

 Día 4


Gracias, Yolanda, por recordarme está mañana uno de mis himnos de Laudes preferidos.

Mis ojos, mis pobres ojos
que acaban de despertar
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.

Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes tú.

Que, cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor,
ni se me nuble la paz.

Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará. Amén.



Hoy es de esos días en los que pasan un montón de cosas a tu alrededor, (es lunes y ya me avisaron de que son días de mucho trajín por la planta), pero simplemente asistes a ellas como testigo,  bastante protagonista has sido ya los días de atrás y deben empezar a asentarse los posos de tantos acontecimientos.


Ayer a las ocho de la tarde llegó nuestra tercera compañera, Teodora. Desconozco su edad, probablemente más joven que Araceli. Ha pasado por UVI. Se la ve muy descentrada y no deja de hablar durante casi 4 horas. Su obsesión es poder ir al baño, que le corte las mangas con unas tijeras porque le molestan y que vengan ya de misa que están tardando. 
Inicialmente siento que ha venido a romper la paz y armonía de la habitación. Pero solo hay que dejar a un lado incomodidades y abrir la mente y los oídos.


Cuando vas más allá es cuando puedes empezar a VER y vas descubriendo por qué repite ciertas cosas con insistencia. No es que no sepa lo que dice realmente, lo que dice tiene siempre un motivo. Los he ido descubriendo a lo largo del día. Y al hacerlo he descubierto algo más y es la ternura de su mirada cuando alguien atiende sus constantes repeticiones y mi reverencia ante su dolor.


He de reconocer que si he logrado avanzar en ese terreno que tanto vértigo me daba es gracias al ejemplo que recibo de cada sanitario (hoy he descubierto la labor de las fisio) que entra a atenderlas. Por muy cansados o agobiados que estén hay siempre un trato impecable al enfermo. Son admirables. Se me hincha el corazón de agradecimiento ante la bondad de la que es capaz el ser humano cada vez que les veo trabajar.
Por eso cuando entran en la habitación suelo estar atenta a lo que hacen en vez de contestar mensajes o preparando alguna cosa desde el móvil, me siento anfitriona en la habitación y con ganas de poder colaborar. 


A Araceli le han hecho una prueba a la hora de comer y han decidido trasladarle de planta pero he tenido oportunidad de hablar un poco con ella de su vida y de su familia después de la merienda porque hoy ha estado más despierta. ¡Grande, Araceli! Se ha puesto muy contenta cuando le he dicho que hay gente rezando por ella.
Al irse tumbada en una camilla ha levantado las mano por encima de la cabeza y ha exclamado: "¡Adiós, compañera!" 
¡Cómo me ha emocionado!

Después de irse he estado un rato en silencio hasta que Teodora ha empezado de nuevo a agitarse así que me he puesto a hablar con ella.

Me ha contado que se quedó viuda con menos de 50 años y que se acuerda mucho de su marido.
Araceli también enviudó hace mucho. 
El amor de ambas a su marido fallecido hace tanto me habla de una fidelidad fascinante.

A Teodora le encantan los EPI, a cada persona que le atiende le dice que tiene un jersey muy bonito. Carlos, uno de los enfermeros, le ha prometido uno cuando salga, y se ha puesto tan contenta.

¡Se puede hacer tan feliz con tan poco!

Hoy me han pedido autorización para usar mis análisis y coger lágrimas de los ojos para hacer un estudio de la incidencia del coronavirus en los pacientes y así avanzar en el tratamiento. Se me ponían los pelos de punta de poder contribuir un poquito a eso.

¡Pero qué bonito puede llegar a ser el ser humano!

Y creo que por hoy no voy a escribir más, las circunstancias son tercas y por más que estoy intentado escribir esta entrada desde hace 5 horas, no hay forma de seguir sin interrupciones así que dejo para mañana dos puntos de reflexión:
Uno es la pregunta del millón ¿Y dónde lo has pillado? 

El otro, adentrarse en el misterio.



1 comentarios:

Unknown 19 de octubre de 2020, 14:18  

Qué diferente se ve la enfermedad a través de tus ojos!
Eres fuerza vital, y sí, creo que muchas personas están aprendiendo sobre cómo volver a la vida después del Covid 19, mucho ánimo y fuerza para sobrellevarlo, besos de colores para las tres.
Solamente hacerte un pedido... Busca en YouTube "mamá ¿de qué color son los besos?, entonces entenderás el porqué os los envío de colores...

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