DIARIO: UNO DE TANTOS (2)

 Día 2





¡Qué día tan entretenido!

Al despertar la primera sensación es una leve falta de aire. Trato de serenarme y no dejar a "la loca de la casa" haciendo de las suyas.


Respiro pausada y sosegada, cojo aire 5 segundos y lo suelto durante 10 segundos. Varias veces. Con los ojos cerrados.


La sensación no cambia. Pero el resto de síntomas casi han desaparecido, salvo la pérdida de olfato y gusto. Es extraña, es como si algo se oliera o se saboreara en la distancia....


Recuerdo las recomendaciones médicas, ante fiebre o falta de aire, acudir a urgencias. Pero no quiero precipitarme. 


La gran duda ¿Cuándo es el momento? ¿Cuánto esperar?


Sigo en la cama. Una hora, otra... Se pasan volando entre responder mensajes y... responder mensajes 😂 pero tengo un instante de "parar" y de ir más allá. 


Los pensamientos de la "loca de la casa" me quieren llevar a ponerme ante la posibilidad de que pudiera sucederme como en esos casos que hemos escuchado de las personas que no estaban mal y de pronto han empeorado sin remedio. Y ante esa posibilidad me he sorprendido no entrando en pánico. Cierto es que me queda mucho aún por aprender a vivir, pero si alguien que aún no ha nacido me preguntara qué es la vida y si yo he vivido, sin lugar a dudas sabría responder. 


He recordado las palabras de Pedro Casaldáliga:

"Y al final del camino me preguntarán ¿ Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres. "

Pues sí, también yo tengo el corazón lleno de nombres...¡qué fortuna la mía!


Y eso es DIOS, Dios es AMOR


Esa sería mi respuesta a la pregunta por mi vida. No he evitado emocionarme al pensarlo, ni quería evitarlo, he disfrutado de esa emoción.


Después, llamada de mi amiga enfermera para resolver mis dudas y decisión: ducha y llamada al teléfono de urgencias para consultar.


Con la actividad de levantarme para la ducha me he sentido más agitada. La decisión de acudir a los médicos quedaba confirmada.


Se ve que no he llamado al número establecido pero la atención del celador que ha respondido cuando ha conocido mi situación ha sido formidable.


La llamada posterior de la médico de urgencias también ha sido inmejorable. Recomendación de ir al hospital.


¡Olé! ¡Me regalan un paseo! 


Y cuando me preparaba para salir volvió a sonar el teléfono, preguntando por la persona encargada de mi hijo para darme la noticia de que también es positivo.


En casa hemos empatado este partido, mi marido y mi hija son negativos y mi hijo y yo, positivos. Además respetando la paridad y todo.


Total, que a poner de nuevo en marcha la máquina de las gestiones y avisos por el positivo de mi pequeño. Gran regalo: su visita a mi habitación y, esta vez sí, ¡UN ABRAZO ENVOLVENTE!


Y después, a la calle. Vivo muy cerca del hospital, a pocos metros, pero el paseo, con el día que hacía hoy y a pesar de mantener la concentración en alejarme de las pocas personas que había en la calle, lo he saboreado con intensidad.


Desde que he llegado a la carpa de urgencias la primera persona, he recibido una calidez y empatía no expresa pero totalmente palpable.


Todo el personal con sus EPI (no he llegado a ver a ningún Blas 🤔), bromas a parte... ¡Cuánto me ha conmovido la labor de cada uno de ellos! Y cuánto cansancio físico, pero, sobretodo mental reconocen. 


¿¡Qué sería de nosotros sin ellos!?


Están exhaustos y descorazonados por no ver el final de este túnel y sin embargo... SIGUEN, con toda la profesionalidad, ternura, comprensión... ¡Qué maravillosa vocación de servicio la de todos ellos! 


He hablado con muchos, me interesaba saber cómo estaban, también con los pacientes con los que he coincidido.


Necesitaría un blog entero para relatar estos encuentros. ¡Qué riqueza tan inmensa posee el ser humano! Y cuánto necesitamos poner a la persona en el centro, como nos ha dicho el Papa Francisco antes de ayer.


Me han atendido con agilidad y he sentido que todos agradecían el interés por ellos y poderse desahogar, aunque fuera tan fugazmente.


Después me ha tocado esperar resultados. Convencida de que no tardaría en regresar a casa cuando me han llamado para darme los informes... Pero no, en vez de volver a casa¡me regalan una estancia a pensión completa durante unos días! ¡Toma! 


Tengo neumonía, pero no es bilateral, solo en un pulmón, el izquierdo, cerca del corazón... qué romántica mi neumonía 😍


Pero me han invitado a la tranquilidad por mi buen estado en análisis y marcadores.


Los mensajes se han multiplicado entre los más allegados, algunos me invitaban a la serenidad, muchos de ánimo, otros de confianza en que pasará pronto... agradecida a cada uno de ellos. Más aún agradecida a cada oración o a cada meditación de quienes dejaron de rezar hace tiempo ¿Acaso hay alguna diferencia en este momento?


Pero, realmente estoy en paz. A cada día su afán y estoy "entre sus manos"


Al fin toca descansar, habitación con vistas, de momento en exclusiva para mí tras un día largo y muy vivido.


Hoy abrazo esta realidad. 


4 comentarios:

José Manuel Jordán Silva,  17 de octubre de 2020, 13:45  

Gracias por describir un corazón y un día. No dudes que estamos contigo. Cada uno a su manera. Empujando. Remando no con distancia sino con empata.

Unknown 17 de octubre de 2020, 14:15  

Nines tesoro, lo vas a superar , no lo dudes. Mucho ánimo!.

Convivencia 18 de octubre de 2020, 1:50  

Que bonito y lleno de amor. Contigo nunca nos sentimos solos.

doble visión 18 de octubre de 2020, 5:55  

Vaya...que importante es mantener la moral en alto!!!! Y que bueno que te hayan dejado allí para cuidarte mejor. Fuerza peregrina que estas en O Cebreriro... El Obradoriro ya esta a la vista. Besos

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